La somnolencia al volante está más extendida de lo que se pensaba
Varios informes gubernamentales han revelado que entre el 1% y el 2% de todos los accidentes automovilísticos en Luisiana y en todo Estados Unidos involucran la conducción con somnolencia. Sin embargo, los investigadores de la AAA, en un estudio de 2018, informaron que la cifra es más bien del 9,5%. De hecho, puede ser mayor porque la conducción somnolienta no solo es cada vez más común, sino también difícil de detectar. La policía suele tener que confiar en el testimonio de los conductores, y estos pueden mentir.
Una de las razones por las que muchas personas conducen con somnolencia es que no reconocen el peligro. Muchas personas entienden que beber o tomar drogas afecta a la capacidad de conducción, pero esta misma creencia no se extiende a la privación de sueño. Sin embargo, la fatiga puede ralentizar los reflejos de una persona y mermar su concentración.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores de la AAA estudiaron las grabaciones de las cámaras de los salpicaderos de 3.593 conductores implicados en accidentes. La organización midió los niveles de somnolencia en función del porcentaje de tiempo que los conductores tenían los ojos cerrados. Los investigadores descubrieron que más de la mitad de los accidentes por conducción somnolienta se producían de noche y que la edad y el sexo eran dos factores que no afectaban a los porcentajes.
Las nuevas tecnologías, como el frenado automático de emergencia y el aviso de salida del carril, pueden resolver en parte el problema de la conducción somnolienta. No obstante, se recomienda a los conductores que, en primer lugar, duerman lo suficiente. También es útil que alguien se haga cargo del volante en los viajes largos.
Conducir somnoliento es una forma de negligencia, por lo que los que se lesionan en un accidente de coche y descubrir que el otro conductor estaba somnoliento o se quedó dormido al volante puede tener motivos para una reclamación. Las víctimas pueden querer tener un abogado evaluar el caso y ver si cumple con la regla de Luisiana de la culpa comparativa. Si lo hace, un abogado puede ir a construir y, finalmente, iniciar negociaciones para un acuerdo.